Resaca

Hoy creo que es uno de esos días en los que abro el cuaderno negro y simplemente garabateo mientras me drogo con mi propia complacencia. Y mientras las palabras se diluyen en una espiral de hechos, caigo mirando hacia el ventilador, mirando al techo y mis manos por fin inertes,  siguen escribiendo esta partitura, esta melodía desafinada, que sabe como una resaca.

Sí, miremos a nuestro alrededor, contemplemos todo ese tesoro que guardamos, disfrutemos de vivir de colores chillones y cuando estemos artos mezámonos en nuestra  comodidad y durmamos.

En este sueño de la vida moderna donde lo políticamente incorrecto está más edulcorado que lo correcto, donde hablar de sexo y drogas nos hace sacar esa sonrisilla estúpida y adolescente, vivamos el sueño de una edad del pavo constante.

Y está bien si no te cansas, y si la mogigateria de los que se dicen a sí mismos progres no te rechina y suena falsa, y está bien si no te cansas de escuchar que ya no hay ningún valor, y está bien si no te cansas, si no te empachas de la baba del que duerme el sueño de esta prepubescencia social tan cansina.

Tan lleno de normas, de lo moral, tan afectivos, tan sentimentales, tan llenos de valores, de ética, tan lleno de no valores, de fe...

Y eso, está bien, si no te cansas.

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